Lo que deberías sentirte es agradecido, porque si fueses mi hijo o mi hermano te habría dado ya una torta sin importarme las consecuencias o que me la devolvieses con el cuádruple de fuerza, y si estuviese saliendo contigo seguramente no querría volverte a ver. Pero no te ha ocurrido ninguna de esas cosas. Así que deja de gritar y cállate de una vez.
No sé cómo te habrá afectado mi actitud, pero espero que te haya calado y que recapacites. Aunque quizá ni siquiera la hayas entendido... suele pasar.
En mi mundo utópico las personas no desprecian a otras por cosas que ellos mismos están haciendo mal.
lunes, 28 de julio de 2014
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