Desde que te conocí, quise haber estado contigo. Sin embargo, tú ya tenías a alguien, y yo no tenía verdaderos motivos para cambiar a la persona con la que estuve. Así que tuve que conformarme con verte desde una relativa lejanía.
Posteriormente tampoco he sido capaz de conocerte mejor; no es una novedad que eso no se me dé muy bien, y más aún dadas las circunstancias.
Sin embargo, aún estás ahí. Aún podría cambiar eso… supongo.
Lo que más me gusta de ti es tu sonrisa. Cada vez que te veo, se me contagia algo de la felicidad que transmites. No sé cómo lo haces para radiar siempre ese sentimiento tan positivo, me encantas.
Espero que siga acompañándome desde la distancia.
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