lunes, 13 de julio de 2020

0

El precio de la libertad, segunda parte

Creo que no me había sentido menos libre en toda mi vida. Han pasado varios meses y ahora ya no hay un confinamiento físico, pero supongo que he acabado generando uno mental. Podría incluso irme unos días, pero ella no lo entendería. No le sentaría bien. Además, no es solamente eso, sino todo lo que no soy capaz de decir. Si con cosas pequeñas acabo callándome, soltarlo todo se vuelve prácticamente imposible. Y cada vez se vuelve más complejo.
¿Y qué nos deparará el futuro cercano? ¿Y si volvemos atrás y no puedo volver ni siquiera cuando lo tenía planeado? ¿Y si me tengo que quedar indefinidamente?
Siento como si todo lo que me ha costado tanto construir pudiera desmoronarse en cualquier momento, como si fuera a inundarse de repente y a salir agua por todas partes. Porque agua ya tengo, pero no es suficiente.

¿Volveremos a abrazarnos?
Yo creo que sí.
Espero que sí.

Pero, mientras tanto, quizá mis muros me protejan.

Datos personales

Mi foto
Si quieres saber cómo soy tendrás que conocerme...
Con la tecnología de Blogger.