domingo, 9 de noviembre de 2014

0

Cuando expresarse volvió a ser ilegal

Hoy es el día del referéndum catalán sobre la independencia. Bueno, más o menos. Porque si lo fuese de verdad, el resultado tendría efecto, y no va a tenerlo, más allá de la actitud de la gente cuando sepan qué ha salido.

Parece ser que es ilegal ir hoy a votar. No consigo entender cómo puede ser ilegal una votación en un país democrático cuando ni siquiera va a haber consecuencias políticas; no van a ser independientes porque salga una mayoría de votos diciendo que eso es lo que quieren. Además, he oído un comentario bastante acertado sobre esto: al no ser legal, la gente que no esté de acuerdo con la votación no va a dejar su no en las urnas, y se reflejará una mayor proporción de votos afirmativos de la que hay realmente. A mí me da igual lo que salga, pero creo que debería ser lo que ellos quieran de verdad, sin ser coartados por nadie.

¿Qué va a ser lo próximo? ¿Solo podrán expresar su opinión algunas personas, o solo en ciertos momentos? ¿Qué clase de libertad de expresión es esta?

sábado, 8 de noviembre de 2014

0

Las cosas que dejamos de hacer.

¿No os ha pasado alguna vez que habéis visto a alguien que necesitaba ayuda, que estaba perdido o que tenía dificultades para cargar algo, y no habéis hecho nada por esa persona?

A mí muchísimas. Y no estoy contando a gente que pide dinero en el metro o en la calle. Solamente con el resto me ha ocurrido montones de veces. Y cuando pierdo la oportunidad de hacer algo, casi siempre aparece esa pequeña chispa de culpa o de arrepentimiento. El pensar por qué no soy capaz de decirle a alguien, ¿puedo ayudarte?; el quedarme quieta cuando era muy fácil hacer o decir algo.
A veces soy yo la que necesito ayuda y nadie a mi alrededor me la ofrece ni me dice nada. Suelo preferir pensar que la mayoría son como yo, que en realidad quieren hacerlo pero no sienten la confianza o la seguridad como para ello.

Uno de estos días me monté en el bus y había dos chicas que querían salir. El bus estaba muy lleno y pensaba que no habían podido darle al botón de stop, así que les pregunté si lo pulsaba, y me respondieron que no hacía falta, que ya estaba, pero que gracias. Y es una estupidez, ni siquiera hice nada pero, de alguna forma, me sentí bien, porque lo había conseguido. Había dejado atrás por un momento esa vergüenza tan tonta, ese miedo de que algo podría salir mal por intentar hacer un poco de bien a mi alrededor.

Ayer estaba intentando bajar mi maleta de un sitio alto, y el hombre que estaba sentado a mi lado en el tren me preguntó si me echaba una mano. La verdad es que seguramente podría haberlo conseguido sola, pero el esfuerzo habría sido bastante mayor y podría haberme hecho daño. Y, claro, se lo agradecí.

Hace no mucho vi esto en Facebook. Seguramente penséis que es una tontería, pero detalles tan simples como este son, entre otras cosas, los que me hacen sonreír e imaginarme a personas colaborando desinteresadamente, por el mero placer de ayudar a otros.

Y es por pequeñas cosas como estas que aún pienso que el mundo no está irremediablemente perdido, que la entropía aún no ha alcanzado su máximo absoluto.

jueves, 6 de noviembre de 2014

0

Has cambiado.

Tienes la misma cara de niña buena aunque pillina que cuando te conocí. Bueno... la misma, lo que se dice la misma, no. Han pasado demasiados años ya como para eso. Supongo que eres más mona que entonces. Pero a mí me habría encantado que no hubieses cambiado, que aún siguieses siendo como te recuerdo. Porque no quiero recordar cómo cambiaste.

Supongo que no me echas de menos. Por qué ibas a hacerlo. Lo cierto es que yo a ti tampoco. Creo que la razón principal es que sé cómo eres ahora, aunque no quiera recordarlo.
O quizá volvieses a cambiar durante estos últimos años. Seguramente no lo sabré.

Aunque, ¿sabes? No me he olvidado de aquel día en el que de repente apareció una foto nuestra en la pantalla. De esa época. Y tampoco sabré si tuviste algo que ver con eso o no. Pero todo eso ya importa poco, ¿verdad?

Datos personales

Mi foto
Si quieres saber cómo soy tendrás que conocerme...
Con la tecnología de Blogger.