jueves, 31 de julio de 2014

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El libertinaje forzoso

He visto un comentario en una foto y me han entrado muchas ganas de responder, pero no conozco de nada a su autor y no me parece bien meter cizaña en cosas que no me conciernen realmente, así que voy a desahogarme un poco por aquí.
Todo comienza con una imagen de una persona (posteriormente la identifico con el color verde), con los labios pintados de un tono oscuro, que dice que es una lástima que donde vive la miren como si fuese una satánica pervertida por la calle si se pone ese color.
Y después de unos cuantos comentarios llega la conversación y, en concreto, el comentario que me gustaría discutir.

Bien, creo que se ve claramente que me refiero al último comentario de la persona con la que empleé el azul.
Ya nada más que empezando a leerlo... "pues que os den". ¿Quién te crees que eres para tratar de esa forma a alguien solo por decir que no le gusta que la gente se le quede mirando?
"... con ese pensamiento es normal que la cosa no avance". ¿Qué tiene que ver que una persona no quiera llamar la atención con que "la cosa avance"? No va a conseguir que nadie piense algo diferente por ponerse los labios oscuros. Quien quiera cuchichear lo va a hacer, no va a decir "como esta persona se ha atrevido, ya vamos a cambiar nuestra mentalidad de criticarlo todo".
"¿Os quejáis de que "os mirarían y hablarían" y por eso pasáis de ir como os guste?" O sea, que si yo quiero ir en bikini en plena ciudad lo hago y ya está, ¿no? O desnuda, ya que estamos, y que me denuncien por escándalo público. Sé que es algo exagerado el ejemplo, pero yo al menos pienso que es muy fácil darse cuenta del poco sentido que tiene.

He de decir que estoy bastante de acuerdo con las respuestas de quien publicó la imagen, pero necesitaba algo más. Además, la entiendo perfectamente, porque la mayoría de las personas tenemos algo que se llama vergüenza y que no es muy agradable de sentir.

Básicamente, que si te da igual que cuchicheen te pongas lo que te dé la gana, y si no, no lo hagas, y punto, y no pasa nada. Más bien habría que decir a la gente como esta, que piensan que podemos hacer lo que queramos a cualquier precio y se creen que tienen una mentalidad muy abierta cuando no es para nada así, que ellos tampoco ayudan a que "la cosa avance".

martes, 29 de julio de 2014

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La muerte ficticia o la inercia.

- Solo... déjame hacerlo por última vez.

Cara no se esperaba lo que sucedió a continuación. Alma empezó a acercarse lentamente a ella, pero no lo vio venir hasta que fue demasiado tarde para saber qué responder o cómo reaccionar.
Sus labios se tocaron durante un segundo.
Alma dio los primeros pasos para marcharse. Sin embargo, se dio cuenta de algo y se detuvo.

- Lo siento. Si quieres, se lo puedo explicar a Mike, y no me importa si quieres estar para saber lo que le diré. O díselo tú. Si no, podemos dejar esto entre nosotras. No quiero que esto influya para nada en absoluto, ¿vale?

Y siguió su camino.

Cara y Alma habían estado juntas durante casi diez meses pero, tras varias discusiones, algunas más fuertes que otras, decidieron que era mejor terminar aquella relación, aunque eso no les impidió seguir siendo amigas. Cara se había mudado hacía relativamente poco a otra ciudad y había conocido a un chico, Mike, con el que llevaba saliendo un mes.

Alma nunca quiso que la gente supiera de la relación que tenía con Cara porque su padre le había dicho tajantemente que no quería verla con una chica. En cualquier caso, ella sabía que eso no tenía que ver con que todo hubiese acabado. Lo que sucedió en realidad es que sus sentimientos habían cambiado. Los de ambas. Y, sobre todo, los de Cara. Porque Alma seguía echándola de menos, aunque ya no la quisiese como antes, y había bastado ese beso para notar que entre los sentimientos de Cara ya no se encontraba el amor que había habido antes. Pero, a pesar de todo, incluso aun sintiendo una extraña sensación cuando veía a Mike y a ella juntos, sabía que lo más importante era que su ahora amiga fuera feliz. Y ella no era nadie para entrometerse.

lunes, 28 de julio de 2014

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La paja y la viga

Lo que deberías sentirte es agradecido, porque si fueses mi hijo o mi hermano te habría dado ya una torta sin importarme las consecuencias o que me la devolvieses con el cuádruple de fuerza, y si estuviese saliendo contigo seguramente no querría volverte a ver. Pero no te ha ocurrido ninguna de esas cosas. Así que deja de gritar y cállate de una vez.

No sé cómo te habrá afectado mi actitud, pero espero que te haya calado y que recapacites. Aunque quizá ni siquiera la hayas entendido... suele pasar.

En mi mundo utópico las personas no desprecian a otras por cosas que ellos mismos están haciendo mal.

miércoles, 23 de julio de 2014

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Encantada, ¿qué tal?

Una de las cosas que menos me gusta que ocurran cuando conozco a alguien o cuando me saludan es que digan algo como "hola, ¿qué tal?", porque en mi cabeza se forma un caos impresionante. A veces simplemente respondo "hola", y empiezo a pensar, "¿habrá sido maleducado no contestar?". Otras veces digo "hola, bien" y me pregunto si debería haber preguntado de manera recíproca. Y en alguna ocasión añado un "¿y tú?"; adivinad lo que sucede entonces... ¡hay veces que no me contestan! Y ya me vuelvo loca (más) y me encierro en mí y vuelvo a no preguntar por un tiempo para no sentirme ridícula.

Diría que la mayoría de la gente pregunta por costumbre, sin pensar en si van a responderles o a preguntarles lo mismo a ellos, pero como normalmente ni los conozco, no tengo ni idea de qué es lo que quieren y acabo sintiéndome mal casi siempre haga lo que haga. Luego se me pasa, claro, pero es el típico "awkward moment".

Se supone que en inglés todos se quedan en la típica fórmula de "nice to meet you", pero la realidad es distinta, porque ni en el extranjero me he librado de los "how are you?" casuales que (supongo) no buscan respuesta.

Creo que la conclusión que tengo que aprender de todo esto es simplemente que la vida es más simple de lo que nos pensamos. Pero cuesta, cuesta.

viernes, 18 de julio de 2014

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La diferencia entre tú y yo.

La pequeña diferencia entre tú y yo estriba en que mientras tú quisiste ir en descapotable y te enfadaste cuando no te dejaron ocupar el asiento de adelante, a mí no me importó ir en un coche más modesto y me he sentado atrás prácticamente toda mi vida, porque me da igual.

Pero no te preocupes, no te guardo rencor por nada. Sencillamente estuviste y ahora no.

Por cierto, no sé si alguna vez has tenido en cuenta eso que se suele decir de que el copiloto es el que más daño sufre en los accidentes.

You're only a memory.

sábado, 12 de julio de 2014

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A vuelapluma.

Cómo me encantaría que existiese algo parecido a escribir así. Y es que de esa forma seguro que sería capaz de escribir muchísimo más que ahora, porque podría plasmar lo que pienso siempre que quisiera. Quizá no quedaría perfecto, pero es cuestión de retocarlo después. Además, estoy convencida de que no sería la única que aprovecharía el invento.
Pensándolo mejor, con las nuevas tecnologías, podría ser algo más innovador, como que quede escrito en una nota del móvil, o en un ordenador, o algo así. De esta manera, sería más sencillo cambiar lo que no nos gustase. Pero, por otro lado, pierde un poco la gracia, la magia.

Podría escribir detalladamente mis sueños, y no los olvidaría; contaría algunos de los relatos cortos que se me ocurren de repente, y otros quedarían guardados. Hablaría de muchos temas sin olvidar mis propios argumentos y, por supuesto, tomaría apuntes geniales y tendría más tiempo en los exámenes... Aunque supongo que también tiene su parte negativa, porque nos volvería más vagos y no nos importaría no recordar algo, ya que podemos simplemente dejarlo escrito. En cualquier caso, el no ejercitar nuestra memoria es algo que ya ocurre, gracias al montón de aparatos que existen ahora. Igual que muchos se olvidan de dividir porque, para qué, si la calculadora lo hace más rápido.

Sé que no es el invento más útil ni más beneficioso, y que sería egoísta pedir eso en lugar de muchas otras cosas, pero es algo que he deseado en numerosas ocasiones. Y, siguiendo con Harry Potter, también me quedaría con el pensadero. Me encanta eso de poder ver perfectamente qué sucedió en algún momento de nuestro pasado. Aunque también es cierto que podemos modificar nuestros recuerdos, por suerte o por desgracia. Luego está el giratiempo, pero a mí el tema de viajar en el tiempo (hacia atrás, especialmente) no me convence, y no quiero decir que no quisiera hacerlo; si pudiera (teniendo la certeza de que volvería) lo haría, pero no le encuentro sentido. Porque entonces podría ir a un momento de mi infancia y encontrarme conmigo misma y, sin embargo, no recuerdo eso. Por no hablar de la típica paradoja de matar a tus padres o a tus abuelos, y todo eso. Pero mi idea es menos agresiva; yo no sería capaz de probar a ver qué ocurre si elimino la posibilidad de mi nacimiento.

sábado, 5 de julio de 2014

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El deporte más popularizado y demonizado.

Seguro que más de uno ya se imagina de lo que voy a hablar... así es: el fútbol.

Hace no mucho leí este artículo y la verdad es que poco me queda por decir, sin embargo, sí que me gustaría comentar algunas cosas.

Habrá quien se pregunte qué tiene que ver este deporte con la utopía. Para mí tienen relación porque en mi mundo utópico el concepto del fútbol sería muy, muy distinto.
Cuando era pequeña, me gustaba jugar al fútbol haciendo que la puerta fuese la portería, pero a medida que fui creciendo fueron disminuyendo mis deseos de jugar golpeando un balón con el pie. Puede que tuviese que ver la agresividad de algunas personas; el caso es que si ahora me dicen si quiero jugar al fútbol, mi respuesta sería muy probablemente negativa.
En cuanto a verlo, nunca me ha ilusionado, ni el fútbol ni prácticamente ningún deporte. En Educación Física nos obligaron a ver dos partidos cuando estaba en Secundaria. Dos derbies. Era algo así como "para tener un poco de cultura" porque, claro, el fútbol es muy importante. Y lo cierto es que no estuvieron tan mal y los comentaristas conseguían que fuese más o menos interesante, pero quizá el hecho de que encima nos hicieron rellenar unas hojas comentando el partido (menos mal que casi todo era marcar un número del 1 al 5) ayudó a que no viese ninguno más. Seguramente tampoco habría seguido viendo partidos aunque no hubiese tenido que entregar nada.

A mí el fútbol como deporte ni me gusta ni me disgusta. Lo que me molesta es que se convierta en cultura. ¿Quién ha decidido esto, y cuándo? Y la sociedad, como buenos borregos, lo acepta sin más. Me da igual si el fútbol te gusta o te encanta, a mí me puede gustar mucho ver el tenis (que tampoco es el caso) y es estúpido que me meta contigo por tus gustos. Pero no quieras que todos seamos fans de póster, ni discutas con otras personas hasta el punto de llegar a agresiones (verbales o físicas, me es indiferente) porque no son de tu equipo, ni obligues a nadie a ver algo que no quiere ver.
De todas formas, tampoco apoyo a los que se meten con quienes comparten esta afición sin saber, porque un "me gusta el fútbol" puede significar muchas cosas. Quienes quieren que el fútbol desaparezca y lo critican, solo consiguen que aparezca mas. Pero no me vale que no podamos quejarnos del espectáculo del fútbol mientras que de la monarquía o de otras cosas sí. Lo más probable es que no cambiemos la opinión de nadie en ninguno de los casos, y eso hay que tenerlo claro desde el principio, pero eso no nos impide expresarnos.

Cuando le preguntaba a la gente por qué el fútbol tenía que ser más importante o más popular que otros deportes, la única respuesta que me hizo pensar un poco fue "porque es muy difícil marcar un gol, mientras que en baloncesto, por ejemplo, introducir la pelota en la canasta es algo que ocurre con frecuencia, y en otros deportes tampoco es tan especial el marcar un punto". Y, tras meditar sobre ello, llegué a la conclusión de que al final lo que nos importa es el éxito y no el esfuerzo, el camino realizado para alcanzarlo, el trabajo en equipo que supone llegar hasta ahí, conseguir ese punto. ¿No es triste esta perspectiva?

Por otro lado, ¿por qué solo es popular el fútbol masculino? Creo que ni siquiera es necesario que responda a eso, lamentablemente. Y, ya que estamos, ¿por qué no hay fútbol mixto? No digo que un equipo femenino compita con uno masculino porque biológicamente es más fácil que los hombres estén más preparados para el esfuerzo físico que este deporte supone. Pero estoy segura de que hay muchas chicas a las que les encanta jugar al fútbol y que lo hacen muy bien, y podrían estar a la altura. Sin embargo, ¿quién las conoce? Porque yo no, y lo más seguro es que nunca lo haga. Y, sin siquiera ver fútbol ni informarme sobre él, me sé más nombres de jugadores que de otras personas que han sido mucho más importantes en la Historia.
En Estados Unidos, al menos por lo que yo sé, generalmente las que juegan al fútbol (allí se llama soccer) son las chicas. La razón es muy sencilla: para ellos el fútbol "de verdad" es el americano, y ahí seguro que no vamos a ver a muchas. Que, por cierto, es un deporte que todavía no he comprendido muy bien y que, por lo poco que he visto, me pareció un tanto absurdo, aunque quizá me equivoque.

Otro detalle que no solo está en el fútbol pero puede merecer la pena resaltar, es lo fácil que se vuelve ser famosa (en femenino porque los que se hacen famosos son hombres y todavía no he visto a ninguno gay, que digo yo que los habrá, y por estadística de hecho debería haber) cuando se es pareja de un jugador popular. Lo cual me hace dudar de si algunas de esas relaciones son algo más que mero interés. Supongo que en ese sentido los futbolistas también tienen que sufrir las consecuencias negativas de la fama, ya que esta no es ni mucho menos la única. Pero apuesto a que a más de uno y a más de dos les importa bien poco, por todo lo que reciben a cambio.

jueves, 3 de julio de 2014

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El inicio de algo que puede terminar en cualquier momento

Sí, amigos, aquí estoy de nuevo, intentando escribir como hacía algunos años atrás (o mejor si es posible, aunque no lo tengo nada claro). Los que me hayáis leído alguna vez ya conoceréis mi manía por empezar explicando un poco el asunto, así que allá voy.

Lo primero que quiero aclarar es por qué no coincide el título del blog con la url. Manías mías. Y es muy sencillo: alguien me la robó... para hacer algo muy, pero que muy interesante. Nada. Así que, ya sabéis, echadle la culpa a Juanito cuando no recordéis cómo se accedía a mi blog. Por cierto, acepto sugerencias para el enlace, todas serán bienvenidas.
Supongo que no está de más explicar el propio título del blog. En realidad lo más probable es que acabe hablando de cualquier cosa, porque la inspiración no suele centrarse en un tema en concreto, pero me gustaría orientarlo un poquito a mis ideas utópicas sobre la vida, sobre el mundo y sobre las personas. Esas cosas que sé que no van a ocurrir y, sin embargo, no puedo evitar pensar en ellas, porque me encantaría que sucedieran. Hasta que me acabo conformando con que sucedan en mi cabeza.
Porque, ¿quién no querría vivir en un mundo en el que todos fuésemos realmente iguales? En el cual se nos valorase por nuestros actos, por nosotros mismos, y no por nuestras palabras, o nuestro dinero, o nuestra familia. En el que los ateos no ardan en el infierno (ni en ninguna parte, mientras estén vivos) y los cristianos no sean apedreados por no convertirse al Islam cuando se casan con alguien musulmán. Que llegue un día en el que los niños no conozcan el significado de conceptos como machismo o feminismo, simplemente por ser palabras innecesarias que ya nadie utilice, mientras que otros, como homosexualidad, sean naturales en su vida.
Y lo peor, lo que más me hace pensar que esto no es real y no va a serlo, es que más de una persona diría "no, yo no quiero". Porque lo más seguro es que, si no las hubiese, todo iría mucho mejor. Pero esto es lo que hace la realidad tal como es: la diversidad de ideas y de opiniones, la imposibilidad de que dos personas estén de acuerdo en absolutamente todo.
En cualquier caso, también aprendí que mi mundo utópico no es tu mundo utópico, ni el suyo. Y es por eso que ninguno se hará completamente real. Pero eso no me impide seguir creyendo que puedo acercarme al mío.

Quiero ser libre. Y por ello ya olvidé eso de restringirme para escribir, porque eso me coarta, me limita muchísimo y acaba convirtiendo un hobby en una obligación. Por eso no puedo decir que escribiré todos los días, ni todas las semanas. Puede que os encontréis dos entradas el mismo día, o que no haya ninguna en un mes. No aseguro nada. Ni siquiera afirmaré que habrá una segunda entrada. Puede que la haya o puede que no.

A veces, los cables se conectan y se desconectan despacio y con cuidado. Otras veces, es tan rápido que ni siquiera te das cuenta. Y hay ocasiones, quizá las que más, en las que se desgastan tanto que se acaban rompiendo, y ya no tienes claro cuándo comenzaron a no querer permitir que fluyan los electrones.

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