jueves, 3 de julio de 2014

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El inicio de algo que puede terminar en cualquier momento

Sí, amigos, aquí estoy de nuevo, intentando escribir como hacía algunos años atrás (o mejor si es posible, aunque no lo tengo nada claro). Los que me hayáis leído alguna vez ya conoceréis mi manía por empezar explicando un poco el asunto, así que allá voy.

Lo primero que quiero aclarar es por qué no coincide el título del blog con la url. Manías mías. Y es muy sencillo: alguien me la robó... para hacer algo muy, pero que muy interesante. Nada. Así que, ya sabéis, echadle la culpa a Juanito cuando no recordéis cómo se accedía a mi blog. Por cierto, acepto sugerencias para el enlace, todas serán bienvenidas.
Supongo que no está de más explicar el propio título del blog. En realidad lo más probable es que acabe hablando de cualquier cosa, porque la inspiración no suele centrarse en un tema en concreto, pero me gustaría orientarlo un poquito a mis ideas utópicas sobre la vida, sobre el mundo y sobre las personas. Esas cosas que sé que no van a ocurrir y, sin embargo, no puedo evitar pensar en ellas, porque me encantaría que sucedieran. Hasta que me acabo conformando con que sucedan en mi cabeza.
Porque, ¿quién no querría vivir en un mundo en el que todos fuésemos realmente iguales? En el cual se nos valorase por nuestros actos, por nosotros mismos, y no por nuestras palabras, o nuestro dinero, o nuestra familia. En el que los ateos no ardan en el infierno (ni en ninguna parte, mientras estén vivos) y los cristianos no sean apedreados por no convertirse al Islam cuando se casan con alguien musulmán. Que llegue un día en el que los niños no conozcan el significado de conceptos como machismo o feminismo, simplemente por ser palabras innecesarias que ya nadie utilice, mientras que otros, como homosexualidad, sean naturales en su vida.
Y lo peor, lo que más me hace pensar que esto no es real y no va a serlo, es que más de una persona diría "no, yo no quiero". Porque lo más seguro es que, si no las hubiese, todo iría mucho mejor. Pero esto es lo que hace la realidad tal como es: la diversidad de ideas y de opiniones, la imposibilidad de que dos personas estén de acuerdo en absolutamente todo.
En cualquier caso, también aprendí que mi mundo utópico no es tu mundo utópico, ni el suyo. Y es por eso que ninguno se hará completamente real. Pero eso no me impide seguir creyendo que puedo acercarme al mío.

Quiero ser libre. Y por ello ya olvidé eso de restringirme para escribir, porque eso me coarta, me limita muchísimo y acaba convirtiendo un hobby en una obligación. Por eso no puedo decir que escribiré todos los días, ni todas las semanas. Puede que os encontréis dos entradas el mismo día, o que no haya ninguna en un mes. No aseguro nada. Ni siquiera afirmaré que habrá una segunda entrada. Puede que la haya o puede que no.

A veces, los cables se conectan y se desconectan despacio y con cuidado. Otras veces, es tan rápido que ni siquiera te das cuenta. Y hay ocasiones, quizá las que más, en las que se desgastan tanto que se acaban rompiendo, y ya no tienes claro cuándo comenzaron a no querer permitir que fluyan los electrones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cojo sitio.

Anónimo dijo...

slay��

Augusto Mathurin dijo...

Ayer escribí un hermoso comentario, pero blogger se lo comió =( y tengo la sensación que no es la primera vez que me pasa con esta plataforma (no aprendo más!)

En fin, estoy muy contento de este nuevo proyecto tuyo y espero con ansias nuevas entradas.
No entendí muy bien que papel juegan las ranas en tu utopía, será a un tema a desarrollar a futuro!

Queda feo criticar desde la entrada cero, pero la plantilla no me gusta. Está todo concentrado en menos de un cuarto de mi pantalla. Nada grave, me voy a terminar acostumbrando.

pd. Estúpido Juanito!

ajanda dijo...

¡Gracias!

No te preocupes, prefiero que me lo digas, pero ¿en menos de un cuarto? En mi navegador ocupa como la mitad. De todas formas, puse esta porque no encontré otra que me gustase más, a lo mejor la acabo cambiando.

La expresión que da título al blog es la relación entre las ranas y la utopía: es un hecho imposible, o al menos muy improbable. Quizá vosotros no la usáis, pero aquí es bastante típica, por eso no pensé en explicarla.
Sí, yo también odio que desaparezcan las cosas que escribo...

Por cierto, me gustaría entender eso de "slay".

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