domingo, 11 de enero de 2015

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Tú decides.

Qué triste es ser consciente de que lo más probable es que a las personas a las que echas de menos no les importes, mientras que tú olvidaste qué era lo que te unía a otras a las que les gustaría volver a tener contacto contigo.

Y es que el orgullo puede arrasar con todo, y es muy difícil dar marcha atrás, volver a donde estuvimos; ni siquiera empezar de cero suele funcionar, alguna vez lo he visto y no ha salido muy bien. Porque los dos sabemos que no se puede empezar de cero como si nada, mientras no nos borren la memoria. Y está lo bueno, sí, pero también lo malo, y suele ser más fuerte, porque somos así, porque no podemos evitar centrarnos en eso, porque normalmente oímos una noticia buena por cada diez malas.

Aunque de vez en cuando llega alguien que nos recuerda que al final lo que queda son las cosas buenas, aunque sepas que vas a acabar algún día, que ya no serás más y nada importará, sigues centrándote en lo que no está bien en tu vida en vez de sonreír, y ya no digo agradecer porque a veces no sé si hay a quién, por lo que sí lo está.

Así que, tú, que aún sigues, que no has acabado todavía, sonríe, porque seguro que puedes encontrar razones para sonreír en este mundo de injusticias.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Motivador!

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