sábado, 18 de abril de 2015

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Y quieres volver atrás.

Cuando nos preguntamos de qué sirve estudiar, trabajar, ser buenas personas y todo eso si cuando nos vayamos lo perderemos todo, la respuesta que acabamos encontrando es que así nuestros descendientes (o los de los demás, en general) podrán vivir en un mundo mejor, en el que les hayamos dejado.

Pero esto tiene un límite: actualmente se conoce con bastante certeza que tanto nuestro planeta como la estrella que lo ilumina tienen una vida finita. En algún momento dejarán de funcionar tal y como los conocemos o se destruirán. Podemos suponer que para cuando eso ocurra habremos logrado viajar a otro lugar suficientemente lejano como para que no nos afecte, está bien. Pero, ya puestos a pensar en la finitud, ¿no tendría bastante lógica el hecho de que habrá un momento a partir del cual la vida no sea posible en absolutamente ningún lugar del universo? Y, entonces, ¿qué sentido tiene la existencia si se va a acabar para siempre, si "al final de los tiempos" quedará reducida a nada?

Y es por esta clase de cosas que entiendo que las diferentes creencias estén tan extendidas por el mundo: la mayoría de las personas necesitan algo a lo que aferrarse. Sin embargo, yo no soy capaz de compartirlas; encuentro demasiadas contradicciones, demasiados problemas; demasiados sinsentido en esos sagrados libros. Demasiados cambios de opinión en aspectos que tendrían que estar algo más claros a estas alturas.

Me gustaría ser capaz de entender qué hacemos aquí entonces. Aunque no creo que encuentre la razón.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, antes de caer en el error de argumentar falazmente, tengo que apoyarme con fuerza en la finitud lógica del mundo, y sobre el conocimiento de que el espacio matemático sin límites es cosa del pensamiento; sólo existe en nuestra mente y no tiene realidad alguna. De este modo estoy "inmune" y me opongo, con prudencia crítica al intento de impulsar mi espíritu por puro placer, traicionando con ello a la verdad. Dejando esto claro también para posibles propios comentarios futuros, puedo comenzar con mi exposición:

Imagina que estamos en una sala de cine en donde nosotros somos nuestra consciencia y que, la película que se va a proyectar es nuestra vida. La sala de cine no es existencia porque no está dentro de la película que estamos visualizando, pero para existir (ver la película) hay que estar ahí.

Ahora imagina que una mosca está revoloteando por la sala. No interesa para nada, no afecta en el hilo argumental de la película. Esa mosca no tiene sentido, no importa que esté en cualquier lugar de la sala o incluso pegada en la gran pantalla, aunque nosotros podemos buscarle un sentido que determine el porqué la mosca está en un lugar donde no debería de estar, (este estar es en cuanto a importancia de interacción con nosotros). Que la mosca esté ahí es gratuito y quien la vea, supondrá que, como mosca, no tiene objetivos.

Por otra parte, creo que si toda la existencia de la humanidad fuera eliminada no existiría el problema de infinitud; si no hay cualidad de existencia, no hay problemática de existencia.

Ese problema de infinitud, (imposible pensar que el espacio tenga un límite temporal) llega a responderse con una frase de Georg Lichtenberg: "La nada es como un cuchillo sin mango al que le falta la hoja".

Y es que no hay nada de malo en hacer cualquier interpretación posible, en crear un concepto aunque no tenga sentido alguno. Por ejemplo; nos resulta imposible pensar algo surgiendo de la nada, en cambio, nos resulta fácil pensar en todo destruido para siempre. Esa destrucción no es limitante. Como la idea de que el sol explotará convirtiéndose en enana blanca. El sol llega a su fin, pero es ilimitado el concepto de sol en cualquier otro término.

No es, ni mucho menos, el espacio y el tiempo lo que determina el conocimiento de existencia. Es la materia y sus fuerzas. Si un día el universo que conocemos colapsa, en su lugar, probablemente estará otro debido a ese colapso. Pero al igual que el estómago hemos de poseer la capacidad para digerir antes de que llegue el alimento.

Sobre las religiones y el error de la ciencia de no haber dado aún el golpe sobre la mesa para diferenciarse de ellas definitivamente, decir que, debido a la transformación liberal de la sociedad, las religiones se han otorgado el papel sedante de la no existencia.

Socialmente valemos menos que el otro, o eso nos hacen creer.

Un saludo.

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